Con ocasión de la exposición» Escultura española siglos XX – XI» en la galería Marlborough se presenta una pieza mía llamada «Retablo».Creo interesante mostrar los antecedentes de esta pieza en varias entregas.
haiku-ku
«El Arte es explorar el mundo de la posibilidad»
«El Arte es explorar el mundo de la posibilidad»
Las exposiciones cerradas, lo correcto del pedestal, la blancura de las salas o la iluminación perfecta. Todo eso puede ser para el espectador, el galerista o la institución. Simplemente carece de posibilidad.
La posibilidad de tender hacia lo otro, la metamorfosis, la sugerencia, el aroma…que proviene de lo inacabado del espacio hallado que abarca la obra, de la tensión en derredor de la obra, de lo que ayuda a crecer las ideas,» de la posibilidad».
yo pienso, tu piensas, el dice…
Los siete conceptos del arte ZEN
Hisamatsu Shin`chi (18987-1980)
Primero: asimetría
El Zen insiste en que el concepto de perfección constituye un obstáculo en la vía de la sabiduría superior que debe derribarse.
Segundo: sencillez
El espíritu Zen aspira a evitar el caos, pues considera un obstáculo todo lo innecesario y cuanto no se encuentra en su lugar correspondiente.
Tercero: austeridad sublime o vetustez
A través de este concepto se trata de poner de manifiesto la belleza de los objetos a través del uso, del paso del tiempo. Idea estrechamente relacionada con otra noción que atraviesa de forma invariable cualquier manifestación artística nipona: “wabi-sabi”, esa dulce melancolía que nos invade frente a la visión del objeto desgastado.
Cuarto: naturalidad
Se es artista Zen a través de una experiencia amplia cuando se tiene la capacidad para crear cosas sin necesidad de reflexionar sobre ellas.
Quinto: profundidad o reserva
Este concepto hace referencia a la característica reserva del Arte Zen, en el que no todo se desvela de un modo inmediato. Para poder captar el objeto en todo su contenido el espectador debe realizar un esfuerzo.
Sexto: insumisión
La sumisión a una determinada forma de pensar o a un ismo, tanto religioso como político, equivale, según sus criterios, a amordazar el espíritu y la inteligencia.
Séptimo: paz interior
Este concepto hace referencia al espíritu del artista que, antes de llevar el pincel al papel,
deberá estar descansado, equilibrado y en un estado meditativo de paz.
yo pienso, tu piensas, el dice…
SOBRE ARTE
El arte le da color a la vida, la vida le da medula al arte.
Uno no debe buscar en el arte un sustituto de la vida.
El arte no es un sucedáneo. Es vida viva.
Si el sentido del arte fuese el de adormecernos, hacernos olvidar la vida, entonces, la mejor obra de arte, la más sencilla seria un martillazo en la cabeza.
Para vivir, una obra de arte no necesita belleza, tampoco fealdad, necesita vida.
La única forma de hablar de arte, es hablar en arte: crear.
De su libro «Min Dikt» 1921
esaten nuen ba nik…
esaten nuen ba nik……
esaten nuen ba nik…
eskutitzak – cartas
INVIERNO – Negua
Los días calurosos y luminosos no son muchos, el invierno se hace largo y el Hernio blanqueará su cabeza desde noviembre hasta mayo inclusive.
La noche es el invierno y no sólo nos cambia a nosotros, transforma la naturaleza entera “los seres de la noche para la noche”.
Es el invierno y quien sabe si los árboles no susurran entre si cuando ven pasar al hombre con su hacha.
Caminaba hoy a la tarde por el monte cuando he acabado en un viejo caserío para refugiarme de la lluvia. Allá en el vientre de la piedra que construye el muro allá entre las losas y los dinteles, sobre las zapata, se yergue altivo el árbol reconstruido, como memoria, con sus mil brazos como diosa hindú, trabándose, apoyándose, haciéndose horquillas o caballos y por fin el tejado.
Sentado en medio de este desvencijado caserío, memoria de memoria miro asombrado hacia arriba, algo de luz que todavía entra a través de las rotas contraventanas y de un tejado en lugares roído por la humedad que lo hunde, falta parte del suelo de la primera planta y puedo ver mas arriba, dejado en el olvido persiste. Aquí hubo hombres que vinieron y construyeron, amaron y soñaron, ahora solo quietud, como ahí fuera en el bosque, se alza el árbol reconstruido, ajeno a mi presencia, antes en el bosque y ahora aquí, solo somos anécdota.
Va oscureciendo y como en una secuencia del cine mudo la luz se marcha, quien sabe si no a dormir entre los brazos de este bosque interno.
Agua, nieve, regreso hacia casa. Tengo que cortar leña, el invierno con sus mil acentos como copos de nieve debe ser previsto.
Con la nieve el bosque se transmuta y sigue su curso, simplemente está, es.
¿No fue acaso injusto el hombre que marco la edad de la piedra, la edad del bronce, la edad del hierro y olvido la de la madera?
¿Acaso no fueron todas las edades de la madera?
El calor de las cavernas, las primeras lanza endurecidas al fuego, el carbón que decoró las paredes y los cuerpos, las chozas, el hacha, la azada, el arco, el arado y la embarcación.
¿No es acaso temerario el olvido?
Solo la humildad nos podría salvar de semejante acción pero al árbol le da lo mismo, somos nosotros mismos que como peonzas de madera giramos en derredor nuestro.
Sus estaciones, sus inviernos también dieron este resultado. Posiblemente sus semillas continúen la labor en el fértil bosque.
Insectos y animales van y vienen, como nosotros, pero ellos permanecen.
A estos desnudos árboles invernales volverán las hojas para el calor del verano, todo sigue su curso.
Nieve en los montes, charcos helados, fuego en la estufa, el resto de madera espera apilada.
Tomo la azuela y voy quitando escamas a este hermoso tronco que sigue noble bajo el acero que dibuja su cuerpo aquí tendido.
Recuerdo a mi padre construyendo con otros ese enorme árbol interior del caserío, levantando los postes al grito de “Gizon egin” (hacerlo hombre)…
Sigo tallando, astillas para el fuego, sigo pensando.
eskutitzak – cartas
OTOÑO – Udazkena
El hombre lo clasifica todo, las estaciones: invierno, verano, los meses, los segundos… No creo que la dirección del hombre sea la correcta. Los árboles están, no existe compartimentación, no existe la dualidad del hombre, solo continuidad.
Solos o juntos, estando, viviendo unidos mientras se cimbrean, floreciendo y tumbándose, cuando vencidos por el tiempo o la enfermedad se acaban, siendo.
Y no es de una comparación dualista con el hombre esta reflexión, sino de una observación de si misma realizada.
Qué rumor de bosque cuando llueve en tromba, saltarán las hojas y las dejarán deslizarse como los trineos de helechos en aquella memoria mía. Es el otoño y bajarán cargados también de leña sobre la alfombra de hojas, olor a humus, en los hayedos y robledales, en los bosques mixtos. Agujeros de picos carpinteros y viejos castaños para búhos.
En el otoño comenzamos una retirada interior. Los días se irán acortando. El dualismo vacío-lleno se dará en las copas de los árboles.
Es tarde, empieza a oscurecer mas temprano. Como siempre en el taller. Es una hermosa época. Los tonos de los bosques parecen invitar a los cielos rojos que inundan de color todo y penetran rebotando a través de los cristales. Es hora de dejarse llevar por este espectáculo de color, los bosques también lo contemplan.
Es hora de aflojar el trabajo, olvidar al “homo faber” y dejarlo fluir en un hombre contemplativo como los árboles.
Ayer trabajé en el bosque, reconozco la tierra ácida del castañar donde anduve, que tiene olor a tierra pura. Es uno de esos olores que mucha gente no olerá jamás pero que yo no puedo imaginar no oler mas, olerlo es oler a bosque.
Hoy hace un viento fuerte, que mece las copas de los árboles de aquí para allá. Pronto solo los pinos lo harán, el resto se irá a dormir.
Es curioso como en carros, barcos o caseríos, en el árbol reinventado hay algo de perpetuación, del ser que disgregado vuelve a la ciudad, eso si, transformado, transmutado.
¿ Y si en vez de ser nosotros los artífices, fuese el propio árbol el que nos hace a nosotros para reinventarse él?
Saben los leñadores mejor que nadie, como llora en la sabia, el árbol cortado fuera de época, y como la agonía hace brotar a los árboles caídos un año antes.
Cuando el tronco pierda su corteza se tendrá la certeza del cambio.
Fluir de ideas como hojas en su viaje vertical.